Tuesday, October 29, 2013

Elizabeth Almendras-Rocha Cuéllar / Educadora A los jóvenes también les interesa la cultura

Sus padres trazaron el camino para que se convierta en lo que es ahora, una mujer entregada a la enseñanza y también a las actividades culturales en Bolivia. Elizabeth Almendras-Rocha Cuéllar se rehúsa a revelar su edad, pero señala a 1971 como el año de egreso como profesora de letras de la Escuela Nacional de Maestros Mariscal Sucre.

Las aulas del colegio Santa Ana fueron testigos del empeño y disciplina, que puso en las labores escolares. Esos elementos la hicieron merecedora de una beca para la primaria y la secundaria. Se desenvolvió muy bien con las monjas; sin embargo, una vez la enviaron ante la madre superiora por una travesura que “revolucionó” el curso.

En 1997 llegó a Santa Cruz y un año después ingresó como profesora en el colegio Marista. Con el paso de los años su metodología para dar la clase de lenguaje y literatura, y su gestión para el crecimiento del festival de teatro El Paúro, el más longevo de Santa Cruz, la hicieron destacarse.

En el colegio Marista le abrieron las puertas y 15 años después, sigue creyendo en ella. Hace siete años fundó La casa de tía, una institución que se dedica a ofrecer la educación de apoyo y en la que también intervienen sus hijos, porque imparten algunas materias. Desde 2000 mueve los hilos de El Paúro, un evento teatral y anual, que jamás recibió apoyo económico ni de la Alcaldía, ni de la Gobernación, ni del Gobierno. Aún así continúa vigente y sigue creciendo en cantidad de obras y participantes.

¿Alguna vez hizo una travesura?
E.A.: Hacía mis travesuras, como cualquier niña. Recuerdo que mi padre tenía varios objetos para hacer bromas y una vez, a ocultas, me saqué una cuchara, que provocaba un sonido fuerte. La puse en la silla donde se sentaba una compañera y, cuando esta la recogió, se armó un escándalo, porque gritó mucho. Me costó una llamada de atención de la madre superiora.

Tengo entendido que una de sus aspiraciones en la adolescencia era ser monja, ¿qué pasó con esa idea?
E.A.:: Sí. En secundaria le decía a todo el mundo que iba a ser monja y mi padre era el principal promotor. Pero, cuando me preguntaba si deseaba que él hable con la madre superiora, le respondía que todavía espere un tiempo. Ser monja no era realmente lo que quería ser.

¿Cómo llegó a ser profesora?
E.A.: Siempre quise estudiar medicina, porque mi padre estaba relacionado con esa ciencia. A mis 15 años falleció y mi vida dio un giro trascendental, porque mi madre tuvo que hacerse cargo de todos nosotros, éramos cuatro hermanos. Ella tuvo el apoyo del rector de la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca, y trabajó en Archivo. Después ingresé a la Normal. Cuando ejercí como profesora, fui una de las primeras en dramatizar un poema. Tengo un recorte del periódico, ahí está toda la cobertura que hizo la prensa.

¿Le llamó la atención otra actividad?
E.A.: Me gustaba la música, fui contratada del elenco coral de Bellas Artes. Mi abuelo, Francisco Cuéllar, es el creador de la cueca "Pretenciosa". Mi hermana también estudió música y una tía fue docente de esta área.

¿Cómo es que se hace cargo de el Paúro?
E.A.: Tomé las riendas en 2000. Es un festival que creó y encaró por mucho tiempo el profesor Edgar Lora Gumiel. El evento creció mucho en todo y logré que sea una actividad curricular del colegio. Los jóvenes se interesan en ello y ponen todo su esfuerzo para que salga todo bien.

Es un festival sin apoyo de las autoridades...
E.A.: Nadie se acordó de nosotros, ni la Alcaldía, ni la Gobernación, ni el Gobierno. Ellos dicen que apoyan a la cultura, pero nunca se pronunciaron. Desearía que así como colaboran con el carnaval y con otras actividades, destinen presupuesto para El Paúro, porque es el festival de teatro más antiguo de la ciudad (33 años) y uno de los que más crece. Sin embargo, este año hemos podido refaccionar nuestro escenario y también otros detalles técnicos, como el audio y las luces.

¿Cuánto invierte?
E.A.: No lo recuerdo, pero se gasta mucho, porque hay que ver todo; además, es un festival nacional, llegan de varias poblaciones. Es un evento que se ha consolidado con el paso de los años, porque ha sido constante y demostró que a los jóvenes también les interesa la cultura. Tenemos obras interesantes de gran calidad, con ciertas deficiencias técnicas, pero están elaboradas con mucho esfuerzo.

¿Se siente frustrada?
E.A.: Me siento realizada como profesora y les agradezco mucho a la gente que me ayudó en serlo. Tampoco quiero olvidarme del colegio Marista y del director, que siempre me dio su incondicional apoyo.

¿Piensa jubilarse?
E.A.: Como educadora he cumplido y estoy en un momento de mi vida de dar espacio a otra gente, ya di todo, pero hay muchos cambios en esta generación de jóvenes. Quiero pedirles a ellos que sigan cultivando valores y a los padres, que siempre los ayuden.

El festival continúa hoy y cierra mañana en la sala de teatro del colegio Marista (calle Oruro, esquina Saavedra). Todas las funciones son a las 20:00 y la entrada cuesta Bs 10.

Las obras de esta jornada son "Lo que el gringo se llevó", del colegio anfitrión, y "Así es, nomás", de la Universidad Católica Boliviana. Mañana será el turno de "Taperas de mi pueblo", del colegio Bautista Boliviano.

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