Una historia que fue estrenada en 1904 y que desde entonces ha hecho soñar a millones de niños, y que hace unos días volvió al escenario de la Casa de la Cultura. Peter Pan, el niño que tiene miedo a hacerse adulto cobró vida nuevamente bajo la dirección de Tatiana Casso y el elenco de la compañía Track.
No es necesario ser un niño para disfrutar de la obra, entre los gritos, risas y aplausos de las niñas identificadas con la ternura de Wendy, y los niños emocionados, algunos con la idea de ser piratas, otros con ser Peter Pan, la propuesta que trajo el elenco de Track es digna de aplausos.
En el espectáculo destacan las coreografías y el impecable tratamiento musical; es sorprendente encontrar tantos jóvenes con grandes cualidades para la danza y el canto, resaltan también las actuaciones del Capitán Garfio.
Sin embargo, existen detalles que para futuras temporadas podrían ayudar a que el viaje a la tierra de Nunca jamás sea inolvidable, una es la parte de iluminación, que no acompaña a la magia propuesta con la escenografía.
Si bien la propuesta es un musical, la parte de actuación queda en desventaja frente al baile y el canto, y se debería buscar equiparar los tres pilares del espectáculo. Es necesario ajustar la interpretación, sobre todo del protagonista; quizás algunos actores no corresponden a los roles que les toca interpretar, es el caso de Campanita, que demuestra en escena un enorme talento, pero la voz o la edad no le ayudan a encarnar de manera verosímil a la hadita de luz
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