Monday, May 5, 2014

Massún un regreso esperado



Ricardo Massún vuelve al Festival Internacional de Música Barroca y Renancentista después de 16 años. En su regreso se encontró con un festival mucho más grande, pero siente que el entusiasmo que caracteriza las primeras ediciones sigue intacto, y eso es una buena señal.

Massún creó el Ensamble Louis Berger en 1994, él lo dirige, y no se cansa de decir que venir al primer festival barroco, en 1996, les cambió la forma de ver y sentir la música. A partir de ese momento empezaron a recrear los instrumentos utilizados en la Chiquitania. “La primera vez fue con el violón que está en el museo de San Javier, hicimos la copia de ese, y fue el primer paso de un camino muy largo. Ahora tenemos prácticamente todos los instrumentos que son copias y réplicas de instrumentos jesuíticos. Louis Berger debe ser el único grupo que después de 20 años hace este tipo de trabajo”, señaló Massún.

Precisamente, en este 2014, el Ensamble Louis Berger está cumpliendo 20 años. En esta décima versión del encuentro barroco se presentaron seis veces, cinco de ellas en provincias y una en la capital cruceña con la obra La fiesta de Corpus Christi al son de los bajones de Moxos, que volvía a escucharse después de 300 años, gracias a un trabajo de recopilación y transcripción a cargo del padre Piotr Nawrot, la torre de control del evento.

Sonidos latinoamericanos
Sobre el interés por los ritmos latinoamericanos en el repertorio del ensamble, Massún explicó que se debe a que esa es la razón de ser por la que fue creado el grupo. “Nosotros no hacemos otro barroco que el latinoamericano. Es un grupo que está dedicado exclusivamente a hacer este repertorio. Todos hacemos otra música (en otros proyectos paralelos), algunos tangos, otros medievales y otros clásicos y Shostakóvich, pero en Louis Berger se hace exclusivamente música latinoamericana”, señaló el argentino. Esto surgió cuando volvió de estudiar la música barroca en Europa, ahí se dio cuenta de que su tarea era la de difundir “la música de nuestros pueblos”, algo que se ha podido concretar, afirmó el músico, pero para que esto suceda se tuvo que remar muchísimo, enfatizó.

Después apareció la inclinación por las melodías jesuíticas, realizadas con instrumentos propios de la Chiquitania. “Cuando se hace música europea barroca, los músicos, si tocan Rameau no lo hacen con un clave italiano; si tocan Frescobaldi no quieren hacerlo con un clave francés. Sin embargo, se acepta tocar música barroca latinoamericana con instrumentos barrocos europeos”, dijo Massún, que recordó que para el primer festival, cuando se le ocurrió esta idea de tocar con instrumentos del museo de San Javier, los músicólogos y directores de prestigiosas orquestas se le rieron, así que se propuso hacer réplicas de los violines y los violonchelos, con la asesoría del mismísimo arquitecto Hans Roth.

“Él mismo se encargó de conseguirme maderas para que yo pueda comenzar a construir las copias con maderas de acá. Después le gustó mi idea de que su modo de construir las iglesias (primero las columnas, después los techos y al final las paredes), era la misma que utilizaban para construir los instrumentos en la Chiquitania: se construye primero el fondo y la tapa, después se le agregan unos listones como si fueran columnas de la iglesia y al final de todo se ponen las paredes del violonchelo o del violín; y cuando le mostré el paralelismo que había entre la arquitectura que él me había entregado y la luthería que yo le expliqué, se puso como loco de contento”, recordó Massún.

La actualidad
A finales de los 90 incorporan al ensamble un par de bajones chiquitanos, figuras principales de la obra de este festival. Massún comentó lo dificultoso que fue tocarlos al comienzo. Cuando los llevó a Buenos Aires consultó con fabricantes de trombones y cornos “y se burlaron horrorosamente de las cosas que había llevado”, así empezaron los mismos integrantes de Louis Berger a buscarles sonidos al bajón; al cabo de un tiempo, empezaron a salir, y “ahora se pueden tocar”, concluyó Massún

Datos

Los músicos
El Ensamble Louis Berger tiene 17 integrantes actualmente. Fundado en 1994, como una orquesta de gambas, participó de la primera y segunda edición del festival, en 1996 y 1998, respectivamente. Además, han asistido a festivales en Brasil, Italia y Suiza. Llevan grabados una decena de discos.

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