Sunday, March 15, 2015

Karina Carrillo lleva más de 24 años formando músicos

Su abuela ‘Mama Nena’, maestra jubilada, le inculcó el amor por la naturaleza y la música. A su corta edad, Bella Karina Carrillo Mendoza sabía todas las canciones de Gladys Moreno y fue precisamente esta inclinación por la música que la hizo acreedora a una beca para que estudie en el Instituto de Bellas Artes y Educación Integral (Ibaedi), en su natal Santa Cruz de la Sierra.
Desde niña, Karina siempre estuvo ligada a la música, pues, además de la enseñanza que le brindaban en el Ibaedi, tomó varios cursos con afamados directores y maestros de música de Bolivia, Perú, Venezuela y Brasil. No obstante, su otra pasión, la naturaleza, hizo que ingresara a la universidad para estudiar Biología. En 2002 obtuvo el título de licenciada en Ciencias Biológicas de la universidad estatal cruceña, pero esta profesión no la pudo ejercer, pues su amor por la música pudo más.

Su paso por Moxos
Su experiencia en Moxos (Beni) fue inolvidable. En 1999 empezó enseñando violonchelo y dos años después formó una orquesta, de la cual se convirtió en directora. En esos años, en el Bolivia, era raro ver a una mujer dirigiendo una orquesta, pero Karina lo hizo. Le puso alma, vida y corazón a este proyecto, que había iniciado la hermana María Jesús Echarri, con quien compartió la visión de recuperar el legado histórico de la música misional y folclórica en San Ignacio de Moxos. “Ella me dio la confianza y el apoyo para iniciar la orquesta y luego el coro, nada sencillo debido a los pocos recursos; sin embargo, con mucha creatividad y voluntad construimos la escuela”, recuerda.
A principios de 2003, durante tres meses, Karina y la Orquesta de San Ignacio de Moxos realizaron su primera gira por Europa. Ese mismo año también se concretó el viaje a Colombia; sin embargo, en diciembre, antes de que acabara la gestión, ella se vio obligada a renunciar a la dirección de la escuela, de la orquesta y del coro tras el asesinato del alcalde de ese municipio. En mayo de 2007, después de siete conciertos durante el IV Festival de Música Barroca y Renacentista Misiones de Chiquitos, Karina le dijo adiós a Moxos.
Volvió a Santa Cruz, integró la OSJ y luego formó el Cuarteto de Cuerdas Zipoli. En 2007, por razones de trabajo de su esposo, se marchó a Sucre. Allí integró y dirigió la Orquesta de Cámara Municipal de Sucre y la Orquesta de Cámara y el coro de la universidad estatal. Al ver que no había propuestas para niños menores de cinco años, abrió la Escuela Suzuki Sucre y luego, con los alumnos más avanzados, el Ensamble Suzuki y, seguidamente, la primera Orquesta de Cuerdas del colegio Don Bosco. “Queremos mejorar la calidad interpretativa de los estudiantes y que nuestra propuesta de educación musical sea parte integral de su formación y no solo un pasatiempo”, expresó

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