Thursday, April 23, 2015

actor, director y dramaturgo Mario Ernesto Sánchez: “El teatro se hace y se va, la crítica queda”

Mario Ernesto Sánchez presentó, con su compañía de teatro Avante, la obra Al pie del Támesis, una de las favoritas del Fitcruz 2015. Su trayectoria teatral y cinematográfica lo avalan como importante figura de las artes escénicas. Esto le dijo a Cultura, de EL DEBER:

¿Qué es lo importante al momento de organizar un festival como este?
Hay muchas cosas importantes. Se tiene que invitar lo mejor de lo mejor, si es posible. Hay elencos muy grandes -y otros muy chicos- que tienen mucha calidad artística. Los teatros hay que equiparlos bien técnicamente.

De nada te sirve que se traiga una compañía muy buena y después el teatro no esté bien equipado. Ese es un punto que hay que revisar. Que haya un buen diseño de luces, para que haya un buen diseño de escenografía, para que haya una buena actuación y una buena dirección.

¿Cómo encara usted su trabajo al momento de dirigir, de escribir o de actuar en una obra?
Uno va aprendiendo con los errores, y va desarrollándose. Cuando un elenco no es elegido para un festival o ve otra compañía mejor preparada que la de uno, en vez de envidiarla, es mejor observarla y preguntarse por qué ellos están teniendo éxito.

Una de las cosas más importantes del actor y del director es saber qué cosas puede hacer y qué cosas no puede hacer. Yo no puedo dirigir una ópera, no puedo dirigir un ballet, si me meto a hacer eso no me va a quedar bien, entonces tengo que saber qué es lo que voy a hacer.

Igualmente con las obras, hay algunas que yo he dirigido pero que no giran porque yo no quiero. Una de las cosas más difíciles del ser humano es ser objetivo.

Pues, con el primero con quien uno tiene que ser objetivo es consigo mismo, y tiene que saber que, aunque se tenga mucho talento, hay que ver los resultados de lo que se ha hecho y si merece la pena sacarlo del país.

En Santa Cruz no existe la crítica teatral. ¿Cuál es la importancia para el teatro de esta área?
Pero tiene que haber. Así como tiene que haber una escuela de teatro para crear actores y técnicos, tiene que haber críticos -lo más objetivos posibles-, porque esa crítica ayuda al actor.

Un artista crea y un crítico critica. No tenemos que estar peleados con la crítica. Claro, el crítico tiene la importancia de que lo que escribe se publica y lo lee todo el mundo. Yo no puedo hacer eso, yo lo que puedo hacer es crear en el escenario y que vengan a verlo.

Pero, es así, y si no te gustó, qué le vamos a hacer, yo no hago teatro para que te guste. Yo quiero que te guste y quisiera recibir una ovación de pie, pero si no la recibimos tampoco es para envenenarse.

Es importante que aquí, así como el festival debe equipar bien los teatros, invite a un crítico, de donde sea, para que haya análisis, porque es muy importante, es lo único que se le queda al actor. El cine permanece, pero el teatro se hace y se va. La crítica queda como documento.

¿Con qué disciplina se queda: con el teatro o con el cine?
Con el teatro. El teatro es para la actuación lo que el ballet para la danza. Además, es único, es diferente todas las noches, tienes la proximidad del público, no tienes una cámara, ni nadie que te esté diciendo “ponte para la luz”. El teatro es ovárico, y para el hombre, testosterona. A mí el cine me gusta mucho, sobre todo, me encanta recibir los cheques que me dan, pero para mí la actuación y la dirección en el teatro son esenciales, sobre todo, cuando uno dirige, uno manda, y yo tengo algo de dictador, debe ser porque soy cubano (risas)

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