Friday, April 17, 2015

Ricardo III La versión colombiana de un clásico del teatro

Ricardo III, es la obra con que el dramaturgo colombiano César Castaño con su compañía de teatro El Paso participa en el Festival Internacional de Teatro. Con 12 años de trayectoria en el ámbito teatral, el elenco trajo al país una obra que en palabras del autor es el "producto de una inquietud de la realidad de Colombia". La obra que ha ganado diversos premios y fue calificada por los críticos como "Shakespeare a la colombiana" es también requerida en China. De esta manera, el elenco parte mañana con rumbo a este país donde participará en el Festival Internacional de Teatro de Shanghai, no sin antes dejarse apreciar en los tablones del Paraninfo Universitario a las 21:00. El director habla sobre su experiencia y el teatro en una entrevista con El Día.

¿Cómo define su obra? La defino como una apuesta creativa en el orden de transgredir de alguna manera un autor tan insigne como es William Shakespeare. Es una conceptualización muy colombiana de la realidad política de mi país. La respuesta de otros países nos ha permitido indicar que la obra se mueve sobre una estructura del arquetipo de hacer política en Latinoamérica. Esto de alguna manera genera alguna relación de vínculo con los espectadores.

¿Usted se identifica con el personaje? Pues todos tenemos una parte macabra. Cada vez que dirijo o actúo en algún espectáculo hay una confrontación con ese ser interno que uno tiene guardado. Los seres humanos somos 80% inconscientes y en él se esconde todas las estructuras pecaminosas y perversas. El teatro es esa posibilidad de sacarlo. No se cuánto me pueda identificar, seguramente tendré mucho de dictador o ególatra.

¿Qué quiere reflejar con este personaje? Este personaje me sirve para poder hablar de un dolor de país, de la necesidad de tener humanidad es un lugar como Colombia que lleva 50 años de guerra y que lleva miles de muertos. Y las estructuras del poder siguen avalando este sistema violento. Este Ricardo viene a hablar de eso.

¿Cómo muestra la obra esta realidad? Hay muertos en la obra, pero ni una pisca de sangre, esta estará en la cabeza de espectador porque el teatro te permite trabajar desde el símbolo. Ricardo es un personaje que está en toda Latinoamérica y está amparado por el mismo sistema.

¿Vive solo del teatro? Vivo del teatro y vivo muy bien. Eso sí, pensando que el sueño es posible. Levantándote temprano, comiendo, viviendo, y soñando teatro. No sé hacer otra cosa más en la vida que teatro.
¿Cómo ve el teatro en Latinoamérica? Creo que hay algo maravilloso con el teatro en esta región. Conserva la nostalgia sureña y ese aire humano. A pesar de toda la filtración de la vanguardia europea, sigue teniendo huella y su rasgo que lo identifica y esa proximidad con el espectador. Veo que hay un boom de creadores jóvenes.

¿Qué le parece el teatro en Bolivia? Conozco el elenco de Los Andes, mi experiencia con ellos fue increíble. Ellos han impregnado en todo el teatro latino. También conozco a Diego Aramburo, que va en otra búsqueda más allá de lo popular.

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