Desde el viejo continente. No es la primera vez que el español busca acaparar la atención de los bolivianos, porque cuando mira sus anteriores obras se da cuenta de que siempre busca lo mismo, pero todo con un concepto cultural y social; tiene sentido cuando se basa en una previa investigación de sus creaciones.
Disfruta de pintar sobre papel o tela, pero alguna vez realizó esculturas y collages; además de trabajos en cerámica y grabados.
Dedicación a lo nuestro. Hurgando siempre en los orígenes del oriente boliviano, Ramiro de la Vega Salvador (su verdadero nombre), presenta estructuras pictóricas de mastodontes y 'sumerge' al visitante en la historia de la Venus ayorea. "Los personajes, cuyas muecas acusan una rigidez voluntaria, están más allá de las emociones humanas, parecen ya no darse cuenta del mundo exterior, cristalizados, se convirtieron en objetos inmutables", dice.

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