A la fecha y luego de siete versiones de la bienal, los resultados alcanzados muestran de manera contundente que este espacio participativo y formativo a través del arte se ha convertido en una oportunidad de crecimiento personal para la población infantojuvenil de Santa Cruz.
Así lo señaló la coordinadora Rosmery Égüez, de la Fundación SEPA, una de las instituciones promotoras de esta iniciativa. “La expectativa es superar la presencia de los participantes (el año pasado convocó a cerca de 120.000 niños y jóvenes). Este año se han involucrado los padres de familia, ayudando a preparar a sus hijos para las diversas actividades.
Esa integración es muy positiva, como también la de los estudiantes de colegios públicos y privados que han estado compartiendo diferentes espacios. Los padres nos ayudan en el objetivo de formar para la vida, están entendiendo de que esto sirve para transformar la educación, en base a los nuevos enfoques”, expresó Égüez.
Apoyo
La voluntaria subrayó que, hasta el momento, el principal apoyo que sigue recibiendo la bienal es del municipio cruceño y lamentó que no cuenten hasta hoy con una base mínima de presupuesto, lo cual es un obstáculo para realizar algunas actividades.
“La empresa privada no se pronuncia. La bienal distrital ha representado un mayor esfuerzo y costos, pero esto no se traduce en un apoyo del sector privado. El trabajo que realizamos es de beneficio para todos, porque se trata de dar una alternativa de formación a los chicos para prevenir situaciones de riesgo”, añadió Égüez
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