El rostro de Mika Ebata se transforma y contagia el drama que causaron en Japón el terremoto de 2011 y su secuela, la explosión nuclear en Fukushima. La escultora, con el impacto aún a flor de piel, se inspira en ese desastre para presentar un mural y varias tallas en madera, en el espacio de arte Manzana 1.
El desastre natural provocó que los ciudadanos japoneses prioricen la sobrevivencia, la protección familiar y el racionamiento de los alimentos, entre otros aspectos que significaron cambios fuertes y todavía vigentes. Ante tal devastación, afirma Mika, para los japoneses solo queda “seguir adelante”.
Es así que seres de resistentes piernas y enormes brazos, que parecen empujar la vida con todas sus fuerzas, son la catarsis creativa de la escultora. La meta es la reconstrucción no solo de su país, sino de su paz interior.
“Quiero dar un mensaje a la gente de todos los países porque nadie se da cuenta cuán grave es lo que ha pasado. La radiactividad no se la puede ver. Con esta exposición quiero expresar las cosas que no vemos, pero que existen. Fuimos muy dañados en todo sentido. Las ‘personas’ de mis obras no pueden ponerse de pie, necesitan apoyarse, pero tienen el deseo de avanzar”, acota.
Ebata (Tokyo) estudió en Musachino Universidad de Arte y en Kobatake Kobo, Saítama, Japón. Hizo exposiciones individuales y colectivas en Japón, Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia. Especialista en esculturas, es la tercera vez que viene a Bolivia, una de ellas al Encuentro Internacional de Escultores de Santa Cruz de la Sierra.
Con ella, tres generaciones
Además de la obra de Mika Ebata, la Manzana 1 también muestra una colección de pinturas de Teiko Kobatake y otra de grabados de Hiroshi Kobatake, abuela y padre de su esposo -músico de profesión-, respectivamente.
La perfección de Teiko sorprende, como saber que fue artista en un tiempo en que la mujer japonesa vivía postergada. “Fue una revolucionaria”, opina el boliviano Juan Bustillos. Hiroshi Kobatake, ya fallecido y exponente de la escultura moderna de su país, fue maestro de Bustillos, que aprendió de él la fundición en metal
Legaron sus obras
HIROSHI KOBATAKE (1935-1996)
Después de graduarse en la Universidad de Arte de Tokyo, fue miembro de Nikakai (grupo de artistas de Japón). Expuso durante 25 años y recibió numerosos premios. Fue catedrático de la universidad Tokai y Aogaku.
Teiko kobatake (1898-1964)
En la etapa en que vivió era muy raro que las mujeres realizaran actividad artística; en su época el núcleo de la sociedad del Japón estaba formado por hombres, en la economía y en la educación y la cultura.
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Thursday, March 20, 2014
EXPOSICIÓN DE ESCULTURAS, grabados y pintura realista ‘Seguir adelante’ expresa la voz creativa de Mika Ebata
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Centros Culturales,
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