Thursday, June 22, 2017

Cinco curadoras toman el espacio de arte Manzana 1


La mayor parte de las personas desconoce cómo se arma una exposición, por qué se dispone de uno u otro modo los cuadros, las esculturas, los objetos, los audiovisuales o las instalaciones. Detrás de toda esa puesta en escena están los curadores, que son los responsables de mover los hilos entre bambalinas para que el artista consiga mostrar con claridad su propuesta estética o, como ocurre en muchos casos, deja en manos de ellos su obra para que las reinterprete.

Con el objetivo de revelar qué es y qué logra la curaduría es que el espacio de arte Manzana 1 ha reunido a cinco curadoras en una muestra que hoy, desde las 20:00, se podrá apreciar en sus instalaciones.

Las invitadas a apoderarse de las cinco salas de este espacio de arte son Cecilia Lampo, Lesly Moyano, Ligia D’Andrea, María Teresa Rojas y Raquel Schwart, las que han trabajado con artistas nacionales y extranjeros para crear singulares mundos sensoriales.

Las Curadoras
“A mí me fascina la curaduría, porque a pesar de que hay una interlocución, un diálogo, los artistas se entregan a la curadora y es como si tú tuvieses elementos nuevos para crear tu propia interpretación y mostrarla al público”, explica Cecilia Lampo, que presentará la curaduría +allá del significado, en la que resignifica trabajos de Roberto Unterladstaetter y de Daniela Rico.

“El curador es un apoyo para el artista. Es con quien puedes conversar, puedes tener un diálogo, porque muchas veces trabajas solo. Con los años que tengo de trabajar con los artistas siempre he tenido un diálogo bueno con ellos”, manifiesta Raquel Schwart, que decidió trabajar para esta muestra con el artista mexicano Ricardo Rendón, con el que presentará Donde vive la barbarie, un ‘Site-specific’, una propuesta en la que el artista trabaja con la manualidad y el minimalismo.

Por su parte, Lesly Moyano afirma que para ella el trabajo del curador con el artista se basa en la confianza. “Cuando se hace una curaduría se trabaja con gente que confía en vos, porque vos confías en su trabajo y tiene que ser una relación amena y eso se refleja en el trabajo final. Cuando tienes algo que fluye es porque entre las personas hay algo que fluye también entre ambos. Al menos en mi caso trato de trabajar con gente con la que haya ese feeling”, comenta Moyano, que presentará Todas las culturas se roban, propuesta en la que trabaja con varios artistas y donde pone énfasis en las apropiaciones culturales.

“En la curaduría vos tenés que concretar algo, incluso si no vas a construir una obra tenés que llegar a una idea concreta y a un resultado de esa idea, entonces tu misión es la de poner orden, porque en el fondo todos los artistas se enamoran de su trabajo, y uno lo que tiene que ayudar es a seleccionar, es decir, te conviertes en algo parecido a un editor, porque ese sentido de edición es lo que te da el resultado final”, apunta María Teresa Rojas, que se unió a la artista brasileña Aline Motta y a la cochabambina Lipcia Lipzep para crear el espacio Construcciones posibles.

“El tema curaturial siempre es una aventura para mí. Yo he hecho solo dos pero, de arquitectura, pero fue algo más improvisado. Creo que lo que hay que cuidar es de que el curador no sea más importante que el artista, como suele ocurrir hoy en día en las grandes bienales de arte”, sostiene Ligia D’Andrea, que presenta Estética de la exuberancia, en la que reúne el arte popular de las invitaciones que se reparten durante la fiesta del Gran Poder y cómo han ido evolucionando en los últimos 15 años.

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