Monday, February 20, 2017

Arminda Alba: el regreso soñado a su viejo Santa Cruz



Arminda Alba siente que Dios la escuchó el año pasado, cuando le contaba a su hermana las ganas que tenía de venir a Santa Cruz, dar un buen concierto y quizás grabar un “último disco”, porque un mes después se contactó con ella el director de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Santa Cruz, y le propuso actuar en la Casa de la Cultura Raúl Otero Reiche, un escenario en el que Alba nunca se había presentado y que también era otro anhelo que tenía.


Y Alba tuvo la oportunidad de venir desde Brasil, donde reside, y cantar durante tres noches en una temporada homenaje al fallecido director de EL DEBER, don Pedro Rivero Mercado, ante más de 600 personas que la aplaudieron y recordaron su voz, la que le cantaba los taquiraris y chobenas al Santa Cruz de antaño y al carnaval a inicios de los 80.

Acto natural
Para Alba, cantar siempre fue algo natural. Sus padres eran músicos y sus siete hermanas también cantan. Sus hijos, de igual manera, tienen ese ‘don’. “Está en el ADN de mi familia”, comenta.


El ‘ingeniero’ José René Moreno la descubrió cuando tenía 15 años y le entregó las canciones que la harían famosa en 1981 cuando tenía 17 años y grabó su primer disco, titulado Mi viejo Santa Cruz, que contenía el tema homónimo que se convirtió en uno de sus grandes éxitos.
“Empecé a cantar a los 13 años en la Radio Santa Cruz, imitándola a Gladys Moreno”, cuenta Alba. “Cuando empecé a trabajar con el ingeniero Moreno tenía 15 años, y él me dijo que yo iba a grabar un disco, pero primero tenía que sacárme a Gladys de la cabeza, que tenía que tener mi propio estilo. Pero yo no quería porque era tan lindo como cantaba ella”, recuerda.


Alba pudo hacerse escuchar con Moreno en 1980, en la discoteca Mau Mau, cuando hubo un concierto para la entonces presidenta Lidia Gueiler y Alba participó de él. Moreno estaba entre los invitados importantes para aquella ocasión.
“Cuando Gladys Moreno estaba muy enferma, antes de morir, quise visitarla pero lamentablemente ya no se podía”, dice Alba, que agrega
que nunca supo de los rumores que la veían a ella como su sucesora.


Un nuevo rumbo
Así como cantar para Arminda era algo que lo hacía de manera natural, nunca lo pensó mucho cuando tuvo que iniciar ‘una carrera de verdad’. En 1986 se va a estudiar Medicina a Sucre, allí conoce a su futu-ro esposo y en el 88 se fue a vivir a Brasil. Un año antes había grabado su tercer y último disco, Cuando muera el Carnaval, el que ya ni siquiera pudo promocionar.


Claro, y tampoco ‘cantar’ se podía considerar una carrera, ya que no dejaba mucha ganancia económica. “Solo un poco de fama, te invitaban a las radios y a las peñas”, dice Alba. “Me gustaba cantar en la radio Santa Cruz, y recuerdo que cuando mis hermanas fueron a La Paz a presentarse en el famoso programa de Carlos Palenque yo me moría también por ir, y lo logré”, rememora Alba. “Hasta mis 23 años, cuando ya tenía dos discos, fui muy conocida. Creo que eso fue lo más importante de mi carrera”.

Otras canciones
En Brasil ya lleva viviendo casi 30 años, y aunque allá nunca dejó de cantar (lo hace todas las semanas en la iglesia presbiteriana de Minas Geráis a la que pertenece), en Bolivia recién se la pudo ver en un escenario de nuevo en 2013, cuando se presentó en la Feria Exposición. Pero Alba quería algo más organizado, un buen recital en su ciudad natal, y lo tuvo hace una semana, con unos arreglos orquestales de primera y ante la mirada de su maestro, José René Moreno.


Ahora tiene la esperanza de grabar “un último disco”, uno donde además de las canciones de Moreno, estén otras que tanto le gustan, de compositores como Nicolás Menacho y Rogers Becerra. Por el momento disfruta este soñado regreso

No comments:

Post a Comment