El festival cuida la calidad, el espectador lo agradece

El XI Festival Internacional de Teatro concluye mañana con dos obras en la capital cruceña y es momento del balance. La actriz Mary Carmen Monje, una de las programadoras del festival, destaca la variedad en las propuestas temáticas y los géneros, sobre todo la posibilidad de ver teatro para todos los públicos. “Eso es lo que hace que un festival gane y que la gente gane, que tenga muchas opciones para disfrutar del festival. Hemos tenido desde cosas modernas hasta muy clásicas, o clásicos con relecturas contemporáneas. Ha habido un poco de todo”, expresa Monje.


El undécimo festival nació reducido. Este año bajó la cantidad de obras con relación a las anteriores versiones, como también las sedes y las actividades en general. Lo que sí aumentó fue el precio de las entradas para adultos (Bs 80).


Eso tiene su explicación en los costos que genera la organización del festival y que los ingresos por auspicios no logran cubrir. Así lo indica la gerente general de la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC), Paula Aramayo. “La venta de entradas y el aporte de los socios son los únicos ingresos propios que genera APAC, por eso vimos que era necesario subir el precio de las localidades, el resto los buscamos en los auspiciadores, pero gran parte de este dinero tarda en hacerse efectivo y no podemos atrasarnos, porque hay que pagar caché a los artistas y hospedaje, entre otros gastos”, explica Aramayo.


La directiva asegura que esta situación no ha repercutido negativamente en el público, porque ha respondido a la convocatoria en la mayoría de las obras. “Hemos ofrecido más de diez presentaciones gratuitas y de calle, que la gente ha sabido valorar, por ejemplo, el parque El Arenal estaba rebalsando de gente (ayer) y la sala del CBA ha quedado chica para las obras de los niños”, añade.


A propósito de salas, Aramayo se quejó de que algunas instituciones no realizan un mantenimiento a sus teatros. “Hemos tenido problemas en la parte técnica por estas razones”, afirma la gerente de la asociación cultural.

El público
El productor y director de cine, Jorge Sierra, que ha visto cinco obras hasta el momento en el festival, también se quejó de las condiciones de algunas salas, especialmente de la Casa de la Cultura. “Es una vergüenza, ‘la Casa’ da pena y es un reflejo del olvido que hay en el casco viejo”, asegura Sierra, que, respecto a la organización, no tiene quejas, excepto que observó la impuntualidad en el inicio de las obras. Asimismo, destaca que el festival se consolide en Tarija, donde “las autoridades sí le dan la importancia debida, a diferencia de Santa Cruz, donde no se vio a ninguna autoridad, ni siquiera en la apertura del festival”.


El poeta ‘Puky’ Gutiérrez vio dos obras que le permitieron comprobar que la calidad del festival está intacta. “Como público, agradecidísimo de poder tener la oportunidad de ver arte con otras narrativas, con otras estéticas. Vi La Wagner y Tiempos de paz y ambas me parecieron extraordinarias.