Friday, January 22, 2016

Saxofonista cLáSICA músico de camara, solista y educadora Paula Van Goes: “Es inspirador escuchar a un músico boliviano, porque está lleno de vida

¿Qué crees que pueden aportar estos cursos a los músicos bolivianos y a la música nacional?
Obtener educación en saxofón clásico es muy difícil en Bolivia, entonces poder traer estas clases y dar a conocer detalles del instrumento es muy importante para los estudiantes, para que entiendan qué esta sucediendo en distintas partes del mundo con este instrumento.

Promueves el saxofón como un instrumento clásico ¿Esto es porque se considera al saxofón un instrumento asociado al jazz?
Eso es verdad. De hecho cuando se inventó el saxofón, habían dos familias: una destinada a las bandas militares y la otra usada en las orquestas. Las bandas militares y las bandas locales de las ciudades se hicieron más populares y más accesibles para las personas a través de Estados Unidos, Francia y el mundo. Particularmente, en Nueva Orleans había una manía por el saxofón. Había un clarinetista, Sidney Bechet, y todos querían verlo tocar el saxofón. Ahí empezó a usarse para el jazz y conocerse como uno de los principales instrumentos del jazz.

¿Cómo ves el estado de la música clásica en Bolivia, al no ser un país que consuma esta cultura musical?
Creo que no es algo relacionado solo a Bolivia, sino alrededor del mundo, porque el saxofón tiene una identidad muy apegada al jazz o a la música popular. No es promovido al público como un instrumento clásico. Pero hay muchos saxofonistas clásicos, que integran cuartetos, donde hay músicos de cámara y también de música contemporánea y esas son las situaciones típicas donde toco.

¿Cómo piensas que se puede alcanzar una audiencia más grande, siendo el saxofón un instrumento con fama de elitista?
Si, eso es un problema. Toco con un grupo en Tennessee y empezamos a trabajar con la idea de no hacer música clásica elitista, entonces tocaremos en un bar, donde se toca rock, también en un estudio de danza. Tratamos de tocar en lugares donde el arte no sea intimidante, donde no tengás que vestir de cierta manera o estar callado, más bien donde se pueda interactuar con el músico un poco más.

¿Cuál es tu visión de la educación musical?
Mi visión es que deberíamos poder asistir no sólo a gente que quiere convertirse en músicos profesionales, sino tener la habilidad de alcanzar a personas sin conocimiento musical. La música debería ser para disfrutarla y eso significa que no todos tienen que llegar a un nivel elitista.

¿Son muy distintos los músicos bolivianos a los de otros países?
Sí. Debe ser debido a la música folclórica, que es parte de la vida diaria, que no tiene que ser perfecta para ser música. Es inspirador escuchar a un músico boliviano, porque está lleno de vida al contrario de la perfecta y precisa nota del músico clásico, es una expresión de arte en oposición al solo ser preciso. Proviene de la cultura y la tradición: el sentido del ritmo y del tiempo que son muy difíciles de enseñar.

Con tanto recorrido musical¿qué significa la música para vos, ahora?
Cuando empecé era algo que la gente hacía: tener una banda y me dije, soy buena en esto, así hasta llegar al colegio universitario. Eventualmente disfruté ser profesora y mejoré mi estilo. La música es ahora para mí una en el momento de tocar y expresarme, pero también es un momento de autodescubrimiento, ver donde llego a través de los lugares donde toco, ver donde me llevan emocionalmente las piezas que interpreto.

¿Cuáles saxofonistas bolivianos e internacionales son tus favoritos?
Bolivianos, Sarah Mendieta y Luis Alarcón. Extranjeros, mi saxofonista clásico favorito es Timothy McAllister que el año pasado ganó un Grammy

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