Tuesday, June 30, 2015

Cecilia Kenning: “La cultura está manejada por una élite ”

Luego de 17 años de trabajo, la presidenta de la APAC, Cecilia Kenning, se retira de la institución. La directiva se renueva hoy y ella no se presentará a reelección.

_¿Qué la motivó a retirarse de la APAC?
Por un tema familiar. Para una mujer es muy difícil este tipo de trabajo sin horario, con muchos viajes y responsabilidades. Todo eso cansa y nuestra familia necesita de más atención. Ese fue el primer factor que me hizo pensar que en algún momento debía parar.

La edad también va jugando en contra. Hace tres años, cuando fue la anterior elección de la APAC, yo ya no quería seguir, pero todavía no estábamos preparados para el cambio. Pero ya había decidido que sería mi último periodo.

_En casi dos décadas ¿ha habido un cambio generacional en la institución?
Es lo que me gustaría que se dé. Cuando comenzamos, los voluntarios no teníamos más de 50 años, pero con el tiempo hemos envejecido (risas).

Entonces, la idea es que la gente joven se enamore de este trabajo porque existe una visión muy diferente entre una persona de 40 años y otra de 60, mucho más con las nuevas tecnologías.

_¿Cómo visualiza el futuro de la asociación?
Yo siempre he dicho que los festivales son el pretexto, los fuegos de artificio para hacer lo que realmente importa: la formación y el empoderamiento del tema cultural por parte de las nuevas generaciones.

Si en 20 años hemos logrado, desde cero, formar nuevos artistas, lo que se puede lograr a partir de ahora, con una masa de recursos humanos con formación, representará un salto cualitativo muy significativo.

La idea es permanecer con este tipo de programa cueste lo que cueste. Los festivales podrán desaparecer, pero eso ya no importará cuando lo que venga de atrás logre generar no uno, sino diez productos igual o más importantes que los festivales.

_¿Cómo se consigue financiamiento en esta labor?
Es sumamente difícil. Muchos se sorprenden de que lo hubiéramos logrado como voluntarios, porque generalmente todo funciona con el apoyo estatal. Pero en muchas cosas seguimos siendo un pueblo y eso permite que todavía funcione el ‘yo te conozco’.

Uno va a cócteles, conoce a todo el mundo y esas relaciones ayudan. Hay, sin duda, una forma sistemática de hacerlo para que funcione mejor, que la hemos aprendido a porrazos, pero son los contactos y la credibilidad los que al final valen.

_¿Cómo ve el apoyo que recibe la cultura de las autoridades locales y nacionales?
La Gobernación es la que da más apoyo al tema en general, sobre todo en cuanto a programas y proyectos, mientras que el municipio tiene mucha infraestructura, pero no está generando actividades. A la Alcaldía se le va el presupuesto en el mantenimiento de la infraestructura y el personal contratado es más administrativo.

En todas las instancias de gobierno, la cultura debería ser prioridad porque estamos hablando de desarrollo humano, pero lamentablemente no es así. Son las obras las que finalmente se priorizan. La reducción de los presupuesto juega en contra de esto y es uno de los principales problemas que siempre han aquejado al sector cultural.

Sabemos cuál es el caso del municipio cruceño, pero también en el Ministerio de Culturas se ha dado esta reducción. Con Marko Machicao (el ministro) no tenemos problemas, pero somos conscientes de sus dificultades.

_¿Qué opina de esa imagen que algunos tienen de Santa Cruz como el nuevo polo cultural del país?
Todavía estamos comenzando. Nos estamos mirando el ombligo y creemos que lo que hacemos es lo mejor y no es así. Cuando uno viaja a otros países y va al teatro se da cuenta de que lo nuestro todavía es un comienzo.

Pero vamos por buen camino, lo importante es que el artista se dé cuenta de que nunca se termina de aprender y que todo inicio es difícil. Necesitamos más crítica para dar el salto cualitativo.

_¿La cultura en Santa Cruz está manejada por una élite?
Sí, como en otras partes del mundo, por una élite intelectual o económica. La política es manejada por una élite, lo empresarial también. Ahora, eso no significa que las puertas estén cerradas en el tema cultural, lo único que necesitas para entrar es tener capacidad y deseos de aportar.

Los que nos dedicamos a la cultura como voluntarios lo hacemos porque hemos tenido tiempo y recursos. Yo he estado casi 20 años como voluntaria en la APAC, porque tenía recursos económicos que me permitían darme este gustito

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