Monday, May 5, 2014

Júbilos: la inspiración de San Ignacio de Loyola hecha música



El villancico es una forma musical cuya principal fuerza, además de lo sonoro, radica en el texto. Esta característica se pone de manifiesto en las obras que serán interpretadas esta noche en la iglesia Jesús Nazareno (La Paz, esquina Ñuflo de Chávez), desde las 21:00, como parte de uno de los programas centrales del X Festival de Música Barroca Misiones de Chiquitos. Júbilos de San Ignacio de Loyola se titula el concierto con el que se conmemorará los 200 años de la restitución de la Compañía de Jesús. La presentación está conformada por 10 villancicos y otras composiciones que hablan de la espiritualidad y el pensamiento del santo fundador de la congregación las cuales fueron encontradas en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia de Sucre, habiendo sido sometidas a un proceso de restauración.

El director artístico del festival, Piotr Nawrot, no quiso que la celebración pasara desapercibida durante el encuentro musical y, atendiendo una carta de Roma, en la que la Iglesia católica recomendaba que se realicen actos en conmemoración de esta fecha, comenzó a buscar información en los archivos misionales, los cuales se han convertido en su fuerte respecto a sus investigaciones como musicólogo.

Con el antecedente del estreno de la Ópera San Ignacio, durante el festival 2012, el sacerdote vio que no estaría bien repetir la misma obra para efectuar el homenaje al santo. Consciente de que había más material sobre San Ignacio de Loyola, entre ellos una misa, que también ya había sido presentada, Nawrot se empeñó en construir un nuevo programa. Al no encontrar nada en los archivos de Chiquitos, miró hacia Sucre, otro referente en cuanto a la archivística.

“Me interesaba saber cómo, en Bolivia, el gran santo fue inspiración para la sociedad por sus virtudes, por su inteligencia. Sus textos publicados han tenido una enorme influencia en el mundo, porque con los misioneros viajaron los pensamientos de San Ignacio de Loyola, que era un soldado de Dios. Entonces me pregunté si después de 200 años estos profundos pensamientos podrían inspirarnos. Y encontré que sí”, expresó Nawrot.

De esa forma, el director del festival comenzó una exhaustiva investigación en el archivo sucrense y se dio cuenta de que el espacio de un concierto sería demasiado corto.

Un desafío
El espacio más clásico para la vida musical de Bolivia fue la llegada del compositor español Juan de Araujo a Sucre en 1680, el cual se extendió hasta 1740. El mismo corresponde también a la época de oro de la música en las Misiones Jesuíticas. Lo que hizo Nawrot fue tomar este periodo y en lugar de festejar el bicentenario de la compañía con la misma torta de hace dos años prefirió ahondar en estos cánticos compuestos en Sucre por Araujo.

No obstante, lo que obtuvo del español no alcanzaba para elaborar un programa que pudiera ser interpretado en el festival. Así que comenzó a buscar otro material del mismo periodo.

“Los manuscritos de Sucre no presentan mucha dificultad para realizar un trabajo de reconstrucción, como en el caso de los archivos de Chiquitos y mucho más los de Moxos. En Chiquitos son más antiguos y por lo tanto más originales, mientras que los de Moxos, desde hace 300 años venían sufriendo deterioros, además que iban apareciendo nuevos copistas. Eso quiere decir que nunca un trabajo iba a ser igual al anterior. Las partes que faltan uno las compone, lo que no es igual, sin embargo, es más fácil que corregir lo que fue deteriorado. En Sucre no hubo esto porque el periodo que se cubre es el de gloria de la música, cuando los copistas eran bien pagados y los músicos eran excelsos”, afirmó el musicólogo.

El desafío era encontrar los músicos que interpretaran estos villancicos. Una de las primeras opciones era trabajar con Cristina García, directora del ensamble uruguayo, De Profundis, con varias participaciones en el festival y reconocido en la interpretación de villancicos.
A los músicos de Uruguay se sumó el coro de Urubichá, calificados por los organizadores del festival como uno de los mejores coros bolivianos del momento, además del Coro Santa Cecilia, de Santa Cruz de la Sierra.

Teniendo resuelta esta parte, Nawrot se vio en la tarea de buscar ministriles (instrumentos de viento reunidos para cantar villancicos), con los cuales se logró que Júbilos de San Ignacio de Loyola fuera una realidad

Más sobre el programa musical

Complemento de un coro
Los ministriles, elementos esenciales en el acompañamiento de un coro llegaron de Argentina, Perú y Paraguay. Ante la falta del arpa se encontró a una arpista del conjunto Paraguay Barroco, que participa del festival.

Apoyo de la gobernación
En su momento, el concierto casi queda trunco ante la falta de presupuesto para un proyecto tan ambicioso. Luego del acercamiento entre la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC) con la Gobernación cruceña, a través de la marca Santa Cruz ni te imaginás, se logró el apoyo necesario para concretar este presentación.

Numeroso grupo
El recital estará a cargo de tres coros: Santa Cecilia (Bolivia), Urubichá (Bolivia) y Ensemble de Profundis (Uruguay). Ellos subirán al escenario acompañados por músicos invitados de Argentina, España, Perú y Paraguay. Son casi 60 músicos en escena.

ETAPAS MÚSICA QUE VA DEL BARROCO AL ROCOCÓ
Obras. Una muestra de la amplia gama de periodos que abarcá la música antigua en un festival que lo toma como suyos
Marcelo Suárez R - El Deber
El festival cierra mañana con un programa que representa una realidad para la gente desde hace varias versiones: la mirada hacia otros periodos de la música antigua, más allá del barroco y el renacimiento.

Del barroco al rococó se titula el concierto que reunirá, desde las 21:00, en San Roque, al Coro y Orquesta Arakaéndar, al Ensamble de Metales de Urubichá y al conjunto británico de la Royal Collage of Music London (RCM), que ofrecerán una muestra de las diversas formas en que evolucionó la música culta en el territorio boliviano.

“Bolivia es mucho más rica que el barroco y el renacimiento. Esto ya se ha reflejado en el festival, donde se ha interpretado música de periodos más o menos tardíos. Definitivamente, hay música posbarroca en los archivos de Chiquitos, aunque no hay mucho”, indicó Piotr Nawrot

La investigación del director artístico del festival en los archivos de Sucre le permitió encontrar obras del periodo rococó, las cuales califica de interesantísimas y que le hacen reconsiderar cada día que el encuentro bianual debe llamarse Festival de Música Antigua Misiones de Chiquitos. “No sé si es prudente a esta altura cambiar el nombre del festival, pero, al menos, sí es necesario comunicar la verdad histórica: que esto continúo y se transformó”, añadió el sacerdote.

Buscando material para el programa, Nawrot se encontró con misas de compositores de la transición de la música barroca al rococó, las cuales le sirvieron para comprobar la belleza de la música que se escuchó en Sucre y Potosí a fines del siglo XVII. Ello lo convenció de que el mejor vehículo para presentar estas obras era el festival Misiones de Chiquitos.

Asimismo, está orgulloso del trabajo del director británico Ashley Solomon y del chileno Raúl Orellana, colaborador cercano en cada uno de los programas que se han presentado en esta versión del festival. Orellana es el responsable de la formación de las orquestas. “El exito radica en que cada uno hace su trabajo y al final todos nos entendemos”, dice Nawrot

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