Arte y palabra se fusionan en la exposición del MAC

“Las palabras a veces son más que palabras. Son imágenes. Colores. Silencios inoportunos. Prosa poética convertida en trazo. Intervención deliberada. Líneas puras que esconden silencios no dichos”, indica la publicista, guionista y poeta Patricia Gutiérrez, cuyos versos han sido intervenidos por cinco artistas y por ella misma en la exposición Arte Palabra, que está desde ayer en el Museo de Arte Contemporáneo (Sucre, esquina Potosí). “La idea es tender un diálogo en las entrelíneas de la palabra escrita”, agrega Gutiérrez, que tiene dos libros publicados, A través del cuerpo (1989) y Una palabra que no digo (2014).


Pinturas, instalaciones y esculturas creadas por Roxana Hartmann, Juan Bustillos, María Zanutti, Óscar Barbery y Carlos Paz, además de tres trabajos de la misma Gutiérrez, conforman la exposición.

Obras
“No quiero tu pena ni tu vergüenza/quiero tu boca mojada o nada”, dice uno de los poemas de la muestra, plasmado en un cuadro sobre un fondo rojo y una línea que dibuja un labio, obra de Gutiérrez, quien es una de las gestoras del espacio Jueves de poesía en la Calleja, que se realiza desde hace cuatro años en la céntrica plazuela cruceña.


La curadora de Arte Palabra es Nicole Vera. Gutiérrez le entregó a cada uno de ellos diferentes poemas y a partir de sus propias interpretaciones crearon sus obras.
“Mi vida pende de un hilo/Hilo que intentas desamarrar/¡Soltáme, carajo!” fue uno de los textos que recibió María Zanutti, que trabajó con unos vestidos que cuelgan del techo y que pintó de azul.


Juan Bustillos participa con una escultura en madera y Carlos Paz con sus característicos cuadros trabajados en digital.

Lenguajes
En el texto curatorial, el también poeta, Gabriel Chávez menciona: “La niña que fui y seré entierra su muerte, escribe Patricia Gutiérrez, casi como de paso, como quien nada dice. Sin embargo, al escribir esa línea, nos revela algo asombroso: que está (que va, que viene) desmuriendo cada día”


Chávez agrega que ojos enterrados en el asombro, cinco artistas recrean la poesía en una simbiosis de lenguajes: plástico más alfabético