Monday, March 6, 2017

Kathia Salazar: “Falta reconocimiento a la profesión del artista”



La directora de DragaDanza hace un balance de estas tres décadas del elenco y de la situación de la danza contemporánea en la actualidad.


_ ¿Cómo evalúa estos 30 años de DragaDanza?
Santa Cruz ha sido un territorio que nos ha hecho crecer muchísimo. Yo me fui de acá después de 15 años cerrando un ciclo, un ciclo muy importante de trabajo en espacios alternativos, esa fue la característica más importante de DragaDanza en esta ciudad, porque hemos llegado a canchas, mercados, colegios y hemos desarrollado un programa de difusión cultural en más de cien barrios.

Para nosotros ha sido muy importante poder afirmar el concepto de arte que tiene DragaDanza, que es expresión y función social. Este balance para nosotros es fantástico. No hay que olvidar que DragaDanza ha sido un grupo pionero en Bolivia, con una propuesta que abría la idea de ir por diferentes escenarios.


_ ¿Qué significa la consigna de DragaDanza, una perseverante expresión de libertad?
Se refiere a una búsqueda permanente en lo que creemos, es el eco de lo que la gente siente y piensa. Yo llegué en 1989 a Santa Cruz, primero haciéndome cargo de la escuela de danza, pero lo más importante fue abrir camino y compartir este sentir, la misión de que el arte cumpla con su comunidad, así lo hemos hecho.


En los 30 años nos hemos relacionado con un sinfín de gente, no solo a nivel de público, sino también de grupos artísticos, de jóvenes y de adultos mayores. En La Paz creamos un taller de expresión para mujeres de la tercera edad, que sigue funcionando hasta hoy. Creemos en lo que estamos haciendo.


_ ¿Qué lugar considera que ocupa la danza contemporánea en Bolivia?
Ha crecido en varias ciudades y lo lindo es que han surgido nuevos creadores. Hay eventos que se han extendido, como Danzénica, en el cual nos reconocemos varias generaciones y es una muestra del avance que se ha logrado en este arte. Por supuesto que falta mucho más impulso del público, de la gente, de los medios de comunicación y de nosotros mismos como protagonistas de la danza contemporánea.


_ ¿También falta apoyo institucional?
Claro que sí, muchísimo. Recién hemos visto que se ha cambiado un ministro de culturas que era cercano a los artistas, que ha había abierto un diálogo con los artistas a través de una ley de culturas, pero lamentablemente se ha vuelto a cerrar. La actual ministra es una persona que desconoce totalmente el ámbito artístico y la cultura precisa de compromiso, de un trabajo constante para crecer. Falta fomento a la cultura y el reconocimiento a la profesión del artista. Hay mucho por hacer.

Todavía se tiene la idea de que el artista es tan secundario que no se le debe reconocer ni económicamente o que debe esperar a que le den espacio en la TV para una actuación o que regale su trabajo. Cuando la realidad es que el artista no tiene ningún salario, no tiene seguro de salud y ¡encima tiene que regalar su trabajo!


_ ¿Qué es lo urgente en este sentido?
Una política a escala nacional y municipal. Es cuestión de revisar la Constitución, que nos manda a rescatar la riqueza cultural. Pero es importante no quedarse solo con la riqueza de lo originario, que es bello reconocer esta historia y presencia, pero no debemos olvidarnos de lo que somos ahora. Lo importante es fomentarlo desde la familia, el colegio, los barrios y los centros culturales. Bolivia se merece lo mejor, pero no equivoquemos el camino

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