Silencio. Una figura rompe la oscuridad y la única y débil luz cenital cae sobre ella. Está desnuda. Por sus facciones, es un hombre. De pronto, otro ser se acerca a él (¡qué es esto!). Las manos de este segundo sujeto comienzan a tocar el cuerpo del primero y la piel de ambos se une. Es solo una de las escenas ardientes y ‘acaso’ controversiales de Fresa y chocolate, la obra del año (según el premio Tiqui).
TODAS LAS FRESAS
La obra surgió en 2016 y desde su concepción fue polémica por la temática (la Cuba posrevolucionaria) y los desnudos masculinos (explícitos). A pesar de ello ha batido récord de asistencia y se ha presentado en reiteradas ocasiones y en distintas salas.
Fue el premio Tiqui que la coronó para siempre. Ganó en las categorías de mejor espectáculo teatral del año, mejor drama teatral del año, mejor actor protagónico y mejor actor de reparto.
En una primera temporada, el elenco estuvo compuesto por Mario Chávez, Guillermo Sicodowska y Diego Paesano. Con la salida de este último, se sumaron el español Marcos Vecín y el brasileño Igson Ferreira, que pasó del modelaje a las tablas.
Leonardo Gavriloff está en la dirección y el productor es Mario Chávez. La obra dura 90 minutos y solo está permitido el ingreso a mayores de 15 años.
Hay una única función mañana en Café Lorca (calle Sucre, casi René Moreno), a las 20:30. La entrada cuesta Bs 50 y también hay una promo de 3 x Bs 100 (hasta hoy). Eso sí, la sala solo tiene 60 localidades y se ruega llegar temprano.
El contexto
Fresa y chocolate es una película cubana dirigida por Tomás Gutiérrez y por Juan Carlos Tabío. Fue estrenada en 1994. Cuenta la historia de Diego, un joven culto, homosexual y escéptico que se enamora de David, un comunista heterosexual prejuicioso. Todo se desarrolla con el fondo de una Cuba que sigue siendo alimentada por el comunismo de los hermanos Castro. Ese también es el guion del espectáculo teatral
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