El 20 de diciembre de 2016 se anunciaba que la escritora y artista chuquisaqueña Matilde Casazola era elegida Premio Nacional de Cultura de Bolivia 2016, mientras que Sebastiana Kespi, quien protagonizara la película Vuelve Sebastiana, de Jorge Ruiz, en 1956, obtenía el Premio Nacional de Gestión Cultural Gunnar Mendoza.
La noticia fue celebrada en aquella ocasión por la gente que conoce la labor y los méritos de ambas galardonadas, sobre todo por aquellas personas que impulsaron una campaña y postularon al premio a la cantautora y poeta sucrense.
Esas mismas personas hoy se encuentran sorprendidas e indignadas debido a que, tres meses después del anuncio, los premios no se han entregado. “Ya han pasado tres meses, la nueva ministra ya se habrá puesto al día. Para cuándo el premio o ¿era puro cuento?”, escribió en su muro, Magela Baudoin, una de las que juntó firmas para postular a Matilde Casazola.
Postergada
“La gente del Ministerio de Culturas se comunicó conmigo para coordinar la entrega el 26 de diciembre del año pasado. Luego me dijeron que la entrega se postergaba para el 13 de enero de este año, pero desde entonces no se comunicaron más conmigo”, señaló Casazola, que aseguró que ni el anterior ministro, Marko Machicao, ni la actual autoridad, Wilma Alanoca, hablaron con ella.
Lo que ha molestado a mucha gente es saber que funcionarios del ministerio dijeron a Casazola que ella tiene que pagarse los pasajes desde Sucre hasta La Paz para recibir el premio. EL DEBER intentó comunicarse por diversos medios para conocer la versión de la ministra Alanoca, pero en ningún momento se pudo obtener una respuesta concreta
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