Animada; así estuvo la comitiva de la Alianza Francesa de Santa Cruz, y del consulado de Francia en Santa Cruz, que desde el 14 hasta el 15 de este mes tendrá actividades para celebrar su fiesta patria y las bodas de oro de esta institución, fundada con la colaboración de María Peralta de Aguilera. Los invitados a este espacio social relataron que el principal objetivo de su centro es la difusión y promoción del idioma y de la cultura del país europeo, objetivo cumplido a cabalidad, pues sus instalaciones acogen diferentes expresiones artísticas, como proyecciones de documentales, películas, conciertos y conferencias, además de otorgar becas de estudio en el país galo.
El ingeniero Juan Carlos Rivero, director de Opinión de esta casa periodística, fue quien recibió a los visitantes: Renato Valenzuela, Beatriz Forteza, Philippe Boulanger, Orietta Salinas (asistente del consulado honorario de Francia) y Jenny Ingrid Montaño.
A modo de romper el hielo, comentaron sobre la participación de la selección francesa en el Mundial y de las repercusiones del incidente acontecido entre Suárez y Chellini, tema que bien daría para otro café de la siesta, pero en esta ocasión el centro de la charla fue dedicado al festejo de los 50 años de la Alianza Francesa, que cuenta con la colaboración del consulado de Francia.
“Como de costumbre, queremos celebrar promoviendo la cultura y es por eso que el 14 habrá un cóctel conmemorando la Revolución Francesa y el 15 ofreceremos un concierto con la cantante francoboliviana de jazz Verónica Pérez”, comentó Philippe Boulanger, director de la institución. “Lo acompañaremos con canapés, quesos y típicos panes”, agregó Salinas.
La plática también ahondó en la presencia de la comunidad francesa. Por ejemplo, que actualmente esta comunidad cuenta con un colegio con instalaciones propias y amplias, ya que hasta hace unos tres años no tenía. “Este colegio ya ha tenido su promoción y así habrá otras”, comentó Renato Valenzuela, presidente interino de la Alianza Francesa.
Por otra parte, el menú de nuestro café de la siesta se puso a tono con nuestros invitados, pues las masitas típicas quedaron guardadas y en su lugar hubo pai de limón, rollitos de queso. ¡Ah...pero la chicha camba no pudo faltar!
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