Sunday, December 28, 2014

Raquel Schwartz Artista, directora de galería kiosko “Hay una crisis en el arte contemporáneo en Bolivia”

La Galería Kiosko tuvo un año destacado dentro del arte boliviano. Logró consolidar su edificio propio, ubicado en la calle Arenales # 319, y siguió con la realización de proyectos artísticos durante los 365 días, ya sean estos exposiciones, talleres o las residencias para artistas (nacionales y extranjeros), que ya casi llegan al centenar de participantes en ocho años. Uno de los puntos altos de 2014 fue el workshop Km 0 Abubuya, que llevó a 20 artistas de 10 países a las aguas del río Mamoré, en el departamento de Beni. Su directora, Raquel Schwartz, habló sobre estos temas.

¿Cuál es el balance que hace de este año en cuanto a la labor realizada por Kiosko?
Fue un año excelente, de mucho trabajo, con muchos cambios, un poco estresante, pero finalmente pudimos cumplir con la consolidación de un espacio propio, y por eso estoy superfeliz. Personalmente, también he tenido muchas satisfacciones, ya que dos de mis hijos terminaron la universidad.

¿Cómo ha visto este año el quehacer del arte contemporáneo en Bolivia? ¿Cuál diría que es su nivel actualmente?
Yo creo que hay una crisis en Bolivia. Creo que hace falta generar nuevos artistas contemporáneos.

Los artistas más jóvenes están un poco olvidados, muchos de ellos se han quedado imitando a sus maestros o no hay ideas.

Esto es un poco para mí la crisis en el arte contemporáneo en Bolivia. No hay nuevos talentos, estamos trabajando con los mismos artistas. Es un poco fuerte mi comentario, pero a mí me está costando encontrar gente nueva que tenga ideas buenas, que no repitan lo que han hecho los otros y que pueda proponer.

¿Dónde está el problema para que no surjan nuevos artistas?
La responsabilidad tiene que ver un poco con la escuela. Hay intenciones de generar mejores artistas, pero no lo están logrando.

Hay también responsabilidad de la industria cultural. Los artistas tienen que relacionarse con la industria cultural para poder producir, porque muchas veces salen de la universidad, están solos y la historia se vuelve a repetir. Entonces, ¿para qué estamos creando nuevos artistas si no hay oportunidades? Yo creo que falta mucho que pensar en la industria cultural a un nivel más profesional.

Este año Kiosko tuvo dos puntos altos: el primero fue la inauguración de su edificio propio en la calle Arenales; el segundo, el workshop Km 0 Abubuya. ¿Qué significaron para usted estos dos casos?

El edificio fue el reto más grande. Me tomó casi cuatro años terminarlo y poder tenerlo.

Abubuya es un proyecto que ha tenido mucha visibilidad y fue uno de los más importantes de 2014. Lo califico de mágico, como lo dije desde el principio, ya que fue muy bien organizado y muy bien pensado. El grupo humano, el equipo y los artistas que estuvieron hicieron que Abubuya sea un éxito.

¿A qué artistas destacaría este año en su trabajo?
Puedo mencionar a Andrés Bedoya, de La Paz; otra artista es Liliana Zapata, que es otra promesa joven. Hay varios, pero creo que hace falta más ubicación, un poco más de visión y educación. Hay que dejar de pensar que el arte contemporáneo es moda, porque hay ese prejuicio también. Esa mirada hoy en día de que el arte va más allá del lienzo pintado a la manera moderna o académica debe cambiar

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