Thursday, December 11, 2014

Soledad y fama, la reflexión de Jardín de otoño

La obra comienza con Griselda y Rosalía ‘tumbadas’ en un sofá, como transcurre la mayoría de sus días. Una duerme y la otra la observa mientras piensa en todo lo que quisiera vivir y no lo hace. Cuando se enciende el televisor, la vida de estas amigas se inicia, pues a través de una telenovela ellas se emocionan, aman y sueñan.

La burbuja, en la que viven algunas personas solitarias, es la trama principal de la obra Jardín de otoño, que ayer cumplió su función número 17 y cerró el 2014 en el ciclo artístico Espacio Abierto de EL DEBER, realizado en el teatro del CBA.

El público se metió en la historia de estas amigas durante casi dos horas, en las cuales hubo pinceladas de humor, pero también textos que tocaron delicadas fibras.

Los protagonistas
Yovinca Arredondo (Rosalía), María Victoria Ric (Griselda) y José Miguel Lijerón (Mariano) interpretaron la obra sobre las solteronas que están enamoradas del protagonista de la telenovela Marcelo, el mecánico.

Griselda es frágil, poetisa y se consuela conversando con un helecho macho y unas begonias, y Rosalía es decidida, práctica y se esperanza con los buenos augurios de un sacasuertes.

Un día, cansadas de vivir de ilusiones, deciden secuestrar a su amor platónico y con arma en mano lo tendrán sentado en el sofá en el que han pasado los últimos tres años de su vida suspirando por él.

Así descubren que el maquillaje, una barba implantada y un encanto actuado hacen a Marcelo y es a él a quien aman, no al ser imperfecto, igual de solitario que ellas, que resultó ser Mariano

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