Tuesday, April 29, 2014

El mestizaje del barroco se oye con The Rose Ensemble

The Rose Ensemble, la orquesta y coro estadounidense que actuó el domingo en la catedral de Concepción, ofreció un viaje por el barroco americano que comenzó en Sucre, pasó por Moxos, Trujillo, Guatemala, Puebla, Nuevo México y volvió a la capital de Bolivia. En cada estación, dedicada para adorar al niño Dios con villancicos, ofreció los diferentes acentos y mestizajes que caracterizaron a la evangelización en el Nuevo Mundo.

Compuesto por un coro de siete integrantes, más una orquesta con violín, viola da gamba, arpa, tiorba, percusión y una amplia gama de flautas y gaitas, The Rose fue un pequeño universo sonoro, diverso y plurilingüe.

El concierto comenzó con Juan de Araujo, maestro de capilla en la Sucre docta y culta del siglo XVIII. Luego cruzó el ‘charco’ para interpretar Una tropa de gitanos, un villancico ibérico, probablemente de Huesca en la cual se lee la suerte al niño y se lloran las desgracias propias. El viaje vuelve a Bolivia para tocar Moxos, donde se guardan obras de compositores afrodescendientes. Tres negrillas puso sobre el altar dorado rojizo de Concepción la otra fuente del mestizaje americano-africano.

De ahí, hasta Nuevo México en pocos acordes. Puede que ahora el territorio esté en EEUU, pero Duérmete niño lindo es una composición que recuerda a los cantos de posada del país azteca, casi una tía abuela de las rancheras. El vaivén trajo de vuelta el recital hasta Móxos para tomar del archivo beniano Suñora doña María, un villancico que es tradicional y reclamado como propio en varios países, pero que en la variante anónima moxeña toma ciertos aires indígenas, con vientos de chobena.

A la altura de La malinche, una danza de Nuevo México, quedaba claro que los aires del barroco americano estuvo influenciado, atravesado, por todas sus fuentes: estaba la polifonía española y centroeuropea, pero también los acentos regionales. Muchas de las obras bien podrían ser interpretadas por los solfas del cabildo, esa tamborita de viejos chiquitanos que espera fuera de la iglesia a que ‘el arte’ termine su función en el templo, para mostrar su ‘folclore’ en el atrio.

Obras en lengua nativa de guatemala, con aires andinos del archivo de Trujillo y música de gaita guardadas en España pero que claramente provienen del otro lado del canal de La Mancha fueron la coda del recital. The Rose salió de la catedral chiquitana con todos sus pétalos, pero dejó su aroma en el altar mayor

TERAKADO RETORNA CON TOKIO BARROCO
Un invitado frecuente en el festival barroco es el violinista boliviano-japonés Ryo Terakado, que desde 2006 participa del encuentro musical. En esta ocasión, llega junto al grupo Tokio Barroco, integrado además por Sungyun Cho (clavecín) y Kaori Temura (viola da gamba), para presentarse esta noche en la iglesia, San Roque, desde las 21:00.
El concierto, auspiciado por el consulado de Japón, se da en el marco del centenario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Japón y Bolivia y también los 60 años de inmigración de la colonia Okinawa.
Nacido en 1961 en Santa Cruz de la Sierra, Terakado es uno de los artistas importantes en el Festival Internacional de Hokutopia en Tokio, donde conduce óperas de Mozart. “El público boliviano es muy especial. En los pueblos son muy felices y orgullosos del tesoro de esta música. Es un regalo para todos”, afirmó Terakado. “Es una sensación indescriptible tocar para gente tan educada en lo musical, desde los niños hasta los mayores”, añadió Sungyun Cho.



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