Wednesday, April 9, 2014

Lucía Dalence: la percusión como una forma de vida

Una serie de afortunados eventos colocaron a Ana Lucía Dalence en el lugar que ocupa hoy, como encargada de la percusión de la Orquesta Municipal de Santa Cruz.

Cuando Ana Lucía tenía 8 años su padre consiguió un trabajo en Santa Cruz y se trajo a toda la familia Dalence Maldonado a vivir a estas tierras; su madre decidió que debía aprender a tener “otra visión de la vida” y la inscribió en el Instituto de Bellas Artes, a pesar de que Ana Lucía nunca había tocado un instrumento musical antes; aprobó el examen de ingreso del instituto y de esa manera se inició su carrera.

Inicios

“Tenía problemas de hiperactividad”, cuenta Ana Lucía, de 24 años, y las opciones para aplacar el problema eran: deporte (tenis no le interesó) y medicamentos (los descartaron). La música fue la tercera opción.

En ese tiempo en Bellas Artes la materia de percusión no existía, por lo que Ana Lucía estuvo cuatro años con la guitarra clásica. En 2004, el percusionista cubano Adonis Betancourt llegó a Santa Cruz, se abrió esta opción en el instituto y Ana Lucía empezó el nuevo capítulo de su vida. “Siempre quise estudiar percusión, desde chica me distraía golpeando cosas con las manos o con mis lapiceros, intentando hacer ritmos”, cuenta la concertista, y recuerda el enojo de su madre por el cambio: “Ella me imaginaba tocando como Piraí Vaca”, bromea.

El nuevo ritmo

La llegada de Betancourt coincidió con la creación de la primera orquesta de Santa Cruz, la Sinfónica Juvenil. Con apenas seis meses de clases audicionó para ser parte de ella y lo logró. Ahí estuvo 10 años.

Dalence es consciente de la responsabilidad que conlleva estar en un conjunto de músicos tan grande. “A diferencia de las bandas de rock, en las que todos siguen el ritmo de la batería, en una orquesta la percusión a veces no suena todo el tiempo, hace cosas diferentes. No manda ningún músico, es el director”, explica y comenta lo difícil que fue acoplarse con el resto de los integrantes.

Los años en la Sinfónica Juvenil la hicieron pensar seriamente en seguir una carrera como música (antes quería ser abogada, además, estudió dos años de Auditoría). Ahora está en su cuarto año de la carrera de Música en la Universidad Evangélica.

El futuro

Ana Lucía critica las pequeñas ‘mafias’ musicales que hay en Santa Cruz que pretenden adueñarse de todo y no permiten el crecimiento de otros círculos de músicos, sean del género que sean. Da el ejemplo del venezolano José Antonio Abreu, que logró grandes cambios en la educación y la música en su país, con la creación de numerosas orquestas sinfónicas. “Una persona así falta acá”, indica Ana Lucía.

Por el momento, quiere acabar su carrera, seguir capacitándose, ya que la percusión tiene un campo muy amplio, y en un futuro dirigir el Instituto de Bellas Artes, rescatarlo de la crisis que tiene, y dar la oportunidad a otros músicos, como ella la tuvo

Protagonista

A. Lucía Dalence Maldonado
Música
Apta para varios instrumentos
Nació el 28 de octubre de 1989 en Cochabamba. Sus padres son Cecilia Maldonado y Eduardo Dalence. Tiene cinco hermanos. Tocó durante una década en la Orquesta Sinfónica Juvenil; los últimos seis años ahí estuvo al mando de la percusión. El año pasado pasó a formar parte de la Orquesta Municipal del Oriente. Ha recibido capacitación en cursos en Chile, Brasil y Perú. Quiere demostrar con su trabajo que las mujeres pueden ser aptas para tocar toda clase de instrumentos musicales.

También dijo

“Con Adriana Pinaya somos las únicas mujeres percusionistas en Santa Cruz. La percusión te exige mucho física, sicológica y sentimentalmente”

“Agradezco a Dios, primero, a mi padre y a mi madre, que siempre me apoyaron. También agradezco a Boris Vásquez y a Marvin Montes, ellos me enseñaron mucho, cada uno a su modo”


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