Wednesday, April 15, 2015

Torombolo, payaso, sonidista y un vencedor

Creció en el circo de los hermanos Gasaui, donde aprendió las artes circenses. Cuando tenía 15 años, Moisés Gasaui lo vio en su afán de perfeccionar sus saltos y lo bautizó como Torombolo. Desde entonces ha ido dando vueltas en el mundo del circo. El pasado 12 de abril, junto con Zapatito y Gualelito, ganó el primer lugar del Festirisas, donde compitió contra ocho elencos y payasos independientes.

Se llama Julio César Banzer Orellana y hace seis años que participa en este festival que es una especie de escuela para payasos y que arranca risas desde hace nueve años.

Como todos los hombres de nariz roja que participan de este festival, Torombolo anhela poder contar con la presencia de payasos reconocidos del exterior, lo que sería una gran motivación para superar el nivel de actuación que logran.

Apolinar Paco, organizador del Festirisas afirma que por ahora la actividad sigue siendo algo improvisada, pero han crecido y bastante, y espera en el futuro lograr un espectáculo con mayor calidad. La garantía la dan artistas como Torombolo, que es padre soltero y tiene a su cargo a dos hijas pequeñas.

Es invitado a participar, pese a que hace cinco años no ejerce el oficio, pues ahora se dedica a ser sonidista en el Circo Mágico Chinchulín, una labor que aprendió de Faruk Gasaui, una autoridad en el mundo en el que vive. “Es que en el circo uno tiene que aprender de todo, desde ser electricista hasta ser trapecista”, asevera Julio César, que añade: “El ser multifacético es vital a la hora de vivir de este arte”.

A Torombolo lo invitan por que él sabe, y responde con una gracia que lo hace diferente. En esta versión de Festirisas no solo participó, sino que fue parte de la competencia, pasando por eliminatorias y recibiendo calificaciones por sus rutinas. Así se ubicó en el primer lugar.

Maestro

Aunque temporalmente ha colgado los zapatos, Torombolo enseña a sus colegas a ser cada día mejores. Cuenta que en el festival participan muchos principiantes que todavía no ven la importancia de un buen disfraz o un maquillaje. Él lo aconseja, trabaja en equipo y comparte lo que sabe, eso lo aprendió del Kinga, un payaso chileno que le quitó la timidez de adolecente y le dio una carrera que lo ha llevado por todos los rincones de Bolivia.

Torombolo vuelve a la vida cuando así se requiere, por el momento hará un receso, mientras sigue en su circo, animando con su música y espera hacer una presentación de lo mejor del Festirisas en el Plan 3.000. Entonces podremos verlo haciendo lo que mejor sabe, ¡matar de risa al público!

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