Saturday, October 26, 2013

San Isidro sobrevive contra viento y marea

Dejar el galpón cultural no es, ni fue ningún impedimento para los gestores de San Isidro. Así que, Juan Pablo Sejas y Fernando Figueroa se preparan para un fin de año agitado con varias actividades.

“Cuando existen personas que hacen y generan desarrollo con amor, todas las cosas son posibles”, sostuvo Sejas, que ha abierto las puertas de su casa para albergar a más de 100 niños y niñas que se dan cita todos los días de manera continua en dos espacios que tiene, el Huerto Escuela (El lote de Juan Pablo que lo convirtió en un huerto, que genere aprendizaje y de oportunidades a niños y niñas) y también la mitad de su casa que con el apoyo de una fundación adecuaron el espacio. Sin embargo, ese apoyo termina simplemente ahí, el resto corre, como siempre, por cuenta de estos locos soñadores Fernando y Juan Pablo.

Sobre las actividades. la semana está repleta de actividades en la nueva casa de San Isidro. El lunes y miércoles hay clases de alfabetización digital en el huerto con unas pequeñas computadoras verdes, las cuales tienen diversos programas educativos para niños y niñas (mañana y tarde). Los martes y jueves son días con mucha acción. Se pasa clases de inglés y ciudadanía, también a las 17:00, tienen reuniones de formación ciudadana y liderazgo con los jóvenes miembros de San Isidro, y en la noche, se proyecta los Martes de Cine Español. Son más de 100 infantes que se benefician directamente con estas clases. Se suman los talleres y reuniones que hacen con otras organizaciones, con instituciones donde comparten la metodología del fútbol social o fútbol callejero para temas de prevención y resolución de la violencia. Talleres de liderazgo y emprendimiento. Son parte de la red de periodistas populares que promueve el PADEM.

Alcance de San Isidro. “Uno de los potenciales que San Isidro tiene es el del voluntariado efectivo, el cual significa un valor a tu entorno y un retorno de ganas para mejorar ciertos males que acechan nuestra sociedad”, destacó Sejas y por eso, San Isidro funciona con más de 40 voluntarios, entre nacionales y extranjeros que deciden construir ciudadanía a partir de esta experiencia.

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